Deportes
Alfaro se muestra agradecido por su paso por la selección ecuatoriana de fútbol
En un gesto que rompió con lo convencional, Gustavo Alfaro, el entrenador de la selección de Paraguay, se desvió de su rutina en el Estadio Olímpico Atahualpa para interactuar directamente con la prensa ecuatoriana, mientras observaba el entrenamiento de su equipo. Este acto no solo refleja su apertura y accesibilidad, sino también su profundo respeto y conexión emocional con el mundo del fútbol y sus seguidores, sin importar las fronteras nacionales.
Durante este encuentro, Alfaro expresó la visceralidad del fútbol, un deporte que, según sus palabras, va más allá de lo meramente deportivo, tocando fibras íntimas desde el primer día que uno se involucra y que revive con cada nuevo encuentro. Su declaración resalta la universalidad de las emociones en el fútbol, un juego donde el afecto y la pasión son palpables y compartidos por todos los involucrados, desde jugadores hasta hinchas.
Alfaro mostró una gratitud inmensa hacia el pueblo ecuatoriano y su selección, subrayando la belleza de estar presente en un lugar cargado de tanta historia futbolística. Su reluctancia a profundizar en temas tácticos o críticas previas al partido contra Ecuador, y su elección de centrarse en las experiencias positivas y el respeto mutuo, hablan de su enfoque diplomático y su deseo de mantener un ambiente de camaradería y expectativa positiva.
Respondiendo a las críticas sobre su antiguo equipo, Alfaro optó por una visión pragmática, indicando que tales situaciones son parte del camino del fútbol. Destacó la calidad de ambos equipos, anticipando un encuentro que promete ser tanto una demostración de habilidades técnicas como un festival de emociones, un «muy lindo partido» que, sin duda, será recordado por la belleza del juego y la deportividad entre las dos selecciones.