Guayaquil
Monumento al Sagrado Corazón de Jesús destaca entre las esculturas más altas del mundo
El Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en el Cerro del Carmen en Guayaquil, se posiciona como la octava estatua de Jesucristo más alta del mundo con sus 27,2 metros de altura, incluyendo su pedestal de 11,6 metros. Inaugurado en 1973, este ícono espiritual y arquitectónico no solo domina el paisaje urbano de la Perla del Pacífico, sino que también es un símbolo de fe para los guayaquileños y un atractivo turístico clave durante las fiestas julianas, según destacó el Municipio de Guayaquil.
La escultura, que atrae anualmente a miles de visitantes nacionales y extranjeros por su valor histórico, cultural y las vistas panorámicas de la ciudad, se encuentra en un listado global liderado por el Cristo Rey de Świebodzin, Polonia, con 52,5 metros. Le siguen el Cristo Protector en Encantado, Brasil (43 metros), el Cristo de la Concordia en Cochabamba, Bolivia (40,44 metros), y el icónico Cristo Redentor de Río de Janeiro (38 metros). El monumento guayaquileño supera a estatuas como el Cristo Rey de Cali, Colombia, y el Cristo Redentor de Encarnación, Paraguay, ambos con 26 metros.
El Sagrado Corazón de Jesús, además de su relevancia espiritual, forma parte del patrimonio cultural de Guayaquil, consolidándose como un punto de referencia durante las celebraciones de julio, cuando la ciudad conmemora su fundación. El Municipio ha promovido activamente su visita, destacando su importancia como un espacio que combina fe, historia y turismo. En 2024, se registraron más de 50.000 visitantes al Cerro del Carmen, según datos de la Empresa Pública Municipal de Turismo.
En el marco de las fiestas julianas, las autoridades locales invitan a residentes y turistas a redescubrir este monumento y otros atractivos de la ciudad, como el Malecón 2000 y el Parque Histórico. La Empresa de Turismo espera un incremento del 15% en el flujo de visitantes este mes, impulsado por la promoción de sitios emblemáticos como el Sagrado Corazón de Jesús, que continúa siendo un faro de identidad para los guayaquileños.
