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[1 X 0] Argentina se llevó la victoria por la mínima ante Paraguay

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En la fría noche porteña, cuando promediaban los 52 minutos de la victoria de Argentina ante Paraguay por 1 a 0, se produjo la vuelta de Lionel Messi. El público supo de antemano que Leo no estaría disponible desde el inicio por la molestia muscular que lo acosó desde el debut en las Eliminatorias ante Ecuador, el 7 de septiembre, la noche en que resolvió el partido con un tiro libre en el arco de la cabecera del Río de la Plata.

Por esa lesión, el capitán argentino no jugó el siguiente compromiso de la clasificación de la clasificación sudamericana ante Bolivia en La Paz y sumó unos pocos minutos en apenas dos partidos con Inter Miami en la Major League Soccer de Estados Unidos.

Después de observar el gran primer tiempo de Argentina sentado en el banco de suplentes junto a Leandro Paredes y Giovani Lo Celso, y de disfrutar el tempranero golazo de Nicolás Otamendi, Messi inició los movimientos precompetitivos y Scaloni lo llamó pasados los cinco minutos del segundo período.

El entusiasmo en las tribunas se tradujo en una exclamación unánime y en el inmediato cántico reverencial: «Meeessi, Meeessi, Meeessi…». Leo se calzó la camiseta número 10, no sin antes darse una situación confusa en el banco de suplentes porque la indumentaria no aparecía, perdida dentro de algún bolso de utilería. Finalmente saltó a la cancha por Julián Álvarez. Otamendi, se acercó para devolverle el brazalete de capitán. Leo se lo rechazó humildemente pero luego lo aceptó con una sonrisa y alguna broma que despachó el zaguero.

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Antes de los 10 minutos, realizó dos traslados frenéticos de balón con su sello, en un intento de abrir el muro defensivo de Paraguay. Dos movimientos que significaron una tranquilidad para los hinchas en la medida que dejaron ver al Messi característico, capaz de cambiar el ritmo de una jugada. De todas formas, acaso por recomendación y sensatez, sus desplazamientos en el campo estuvieron controlados, también por el contexto de un partido que se hizo más cortado en la media hora final.

Con un rival sin acercarse de forma peligrosa al arco de Dibu Martínez, Argentina hizo correr el reloj, dominó la pelota con seguridad y eso le permitió a Messi evitar el desgaste, el roce, los movimientos bruscos y por momentos caminar, como también es típico de su versión madura.

Por supuesto que hubo intervenciones para encender a la tribuna: una gambeta de pie a pie, un freno, un pase de cuchara, un tiro de esquina cerrado que dio en el travesaño de Carlos Coronel (el famoso gol olímpico que viene buscando hace rato, pues hasta el momento no ha conseguido convertir un gol de esas características en toda su carrera) y otro tiro libre en el palo, desde una posición similar a la que convirtió con Ecuador.

No fue posible el gol, pero sí su regreso, lo que representa una gran noticia para el fútbol. El martes próximo, ante Perú en Lima, seguramente haya más de Leo y por qué no llegue el tanto que lo transforme en el mayor goleador histórico de las Eliminatorias Sudamericanas.

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Fuente: EL BONAERENSE

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