Miles de indígenas partieron este domingo de Fusagasugá, en el departamento colombiano de Cundinamarca, para recorrer los últimos 80 kilómetros de un largo viaje que empezaron el jueves en Cali (suroeste) y tiene como destino Bogotá, con un clamor de paz para sus territorios.
Los manifestantes viajan en caravanas de «chivas», como se conoce en Colombia a unos tradicionales y coloridos autobuses de las zonas montañosas, y en vehículos particulares que hacen sonar sus bocinas a lo que curiosos respondieron en Fusagasugá vitoreando y despidiendo con las manos a las miles de personas que pasaron la noche allí.