Con el desalojo de personas, que ocupaban irregularmente el lugar, poniendo en peligro sus vidas, dado el gran deterioro de la edificación, personal de las direcciones de Obras Públicas, y Justicia y Vigilancia, iniciaron, la mañana de este lunes 16 de noviembre, los preparativos para la demolición de la denominada “casa embrujada”, un inmueble vetusto ubicado en las calles Higueras y Costaneras, en Urdesa Central, que por más de 35 años permaneció abandonado.
Al respecto es importante recordar que, por disposición de la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, el proceso de demolición se cumplirá en su totalidad, pero respetando la permanencia de los árboles de mangle y otras especies que se encuentran en el predio.
Así lo ratificó Luis Ávila, jefe de Justicia y Vigilancia quien, junto a varios de los delegados de esta dependencia, verificaron una vez más el precario estado de la vieja casa, la que ha soportado no solo temblores y terremotos, sino también varios incendios.
Al momento de la inspección, en el interior del inmueble se encontraron colchones, zapatos, ropa y carteras deterioradas, además de preservativos e incluso colillas de cigarrillos, entre otros objetos y desperdicios de alimentos.
Cabe mencionar que, paralela a esta inspección, un equipo técnico comandado por José Jaramillo, jefe de Control de Obras de la Subdirección municipal de Obras por Contratación Directa, evaluó la estructura para determinar los puntos críticos y establecer la forma más segura para su derrocamiento.
Al respecto, Jaramillo mencionó que a simple vista la estructura del inmueble está totalmente deteriorada, criterio que también lo compartió Ávila. Así lo determinan también los informes técnicos emitidos por la Dirección Municipal de Gestión de Riesgos y Cooperación, en el que se establece que dicha vivienda no está en condiciones habitables. Finalmente, Ávila recordó que el pedido de demolición lo hicieron también los moradores de la zona, debido a que en el lugar se han registrado muchos actos de vandalismo.
