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La guerra de Ucrania rebaja las perspectivas de crecimiento de Latinoamérica

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Washington, 7 abr (EFE).- La guerra de Ucrania, la elevada inflación y la incertidumbre que todavía rodea a la pandemia han llevado al Banco Mundial (BM) a rebajar la proyección de crecimiento de este año para Latinoamérica y el Caribe en tres décimas hasta situarla en el 2,3 %.

El porcentaje está por debajo del 2,6 % que el banco había previsto en enero y es muy inferior al crecimiento del 6,9 % que la región experimentó en 2021 por el efecto rebote que tuvo la reapertura de la economía tras el cierre de 2020 debido a la covid-19.

En la última edición de su informe semianual para la región, publicada este jueves, la institución con sede en Washington también rebajó la perspectiva de crecimiento para 2023, que pasó del 2,7 % al 2,2 %, y situó la de 2024 en el 2,4 %.

Según el BM, estas subidas del Producto Interior Bruto (PIB) permitirán a la mayoría de los países de la zona revertir las pérdidas que sufrieron en los dos últimos años por la crisis económica derivada de la pandemia.

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Por países, el BM prevé que en 2022 Brasil crezca el 0,7 %; Argentina, el 3,6 %; Colombia, el 4,4 %; Perú, el 3,4 %; Ecuador, el 4,3 %; Chile, el 1,9 %; Bolivia, el 3,9 %; Uruguay, el 3,3 %; y Paraguay, el 1,5 %.

En Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, la proyección es que México crezca el 2,1 %; Costa Rica, el 3,4 %; República Dominicana, el 5 %; El Salvador, el 2,9 %; Guatemala, el 3,4 %; Honduras, el 3,1 %; Nicaragua, el 2,9 %; y Panamá, el 6,5 %.

De confirmarse estos datos, el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe se situará entre los más bajos del mundo, a un nivel similar al de Oriente Medio y el Norte de África y por debajo del África subsahariana, Europa y Asia.

«El crecimiento (previsto) no es suficiente para contribuir a paliar los niveles de pobreza en la región, y además es un retorno a las tasas de crecimiento de la década de 2010, cuando Latinoamérica y el Caribe crecían por debajo del resto del mundo», indicó el economista jefe del BM para la región, William Maloney, en la presentación del informe.

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Maloney dijo que se trata de un «problema estructural» más allá de las dificultades causadas por la pandemia y explicó que los retos que ya existían antes de 2020 están volviendo a salir a relucir, como el elevado porcentaje de empleo informal y los altos índices de pobreza.

En el lado positivo, el BM destacó que el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, lo que ha llevado a que las empresas estén volviendo a contratar trabajadores y que las escuelas hayan reabierto sus puertas para la enseñanza presencial.

El informe pone énfasis en las energías renovables y el crecimiento «verde» como vía para que Latinoamérica y el Caribe logren superar estos retos en los próximos años y aprovechen sus «ventajas comparativas».

Maloney subrayó que la región tiene «un enorme potencial» en este campo, con grandes reservas de litio y cobre, utilizados en tecnologías verdes, y con «un gran capital natural».

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«Todo ello es cada vez más valorado en un mundo donde el calentamiento global y la seguridad energética han pasado al centro de la escena», indicó el responsable del BM.

Según un análisis del BM, en los últimos veinte años los países de América Latina y el Caribe perdieron el equivalente al 1,7 % de su PIB anual a causa de los desastres relacionados con el clima.

Para llevar a cabo una transición a la economía ecológica, el banco plantea políticas para fijar precios y promover la adopción de tecnologías de baja emisión de carbono.

Asimismo, recomienda establecer mecanismos creíbles de verificación para posibilitar las primas de precios verdes e impulsar la agricultura inteligente desde el punto de vista climático, entre otros.

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«El crecimiento económico y la agenda verde van de la mano en la región», concluyó Maloney. EFE

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