Dark
Light
mayo 6, 2024
julio 3, 2023
3 mins read

Una nueva generación de satélites para predecir tormentas

«Las predicciones meteorológicas son un enorme logro científico infravalorado», afirma Phil Evans, director general de EUMETSAT, la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos, conformada los satélites Meteosat y MetOp, que vigilan el estado del tiempo y el clima desde el espacio.

La previsión meteorológica es un «sistema caótico, porque el cambio más pequeño puede tener un gran impacto en lo que ocurra en los tres, cuatro o cinco días siguientes», explica Evans. En los cálculos se incluyen parámetros como la temperatura, la humedad, la temperatura de la superficie del mar y el viento. Los datos proceden de globos meteorológicos, aviones, barcos, boyas de medición, radares metereológicos, observatorios, estaciones automáticas en tierra y satélites.

Estos últimos proporcionan datos de zonas de difícil acceso, como desiertos o superficies oceánicas, lo que permite una vigilancia casi sin interrupciones. Desde 1977, Europa cuenta con sus propios satélites meteorológicos geoestacionarios, llamados Meteosat, los cuales tienen una visión de la Tierra desde una altitud de unos 36.000 kilómetros.

Clima extremo: difícil de predecir

Los modelos meteorológicos habituales predicen hasta con 14 días de antelación. Pero «diez días es lo más realista», dice Evans. Cada día que pasa aumenta la imprecisión. Así, por ejemplo, la previsión alcanza una precisión del 90 por ciento si se analiza 24 horas antes. Pero, al pronosticar el tiempo con tres días de antelación, la exactitud baja al 75 por ciento.

No obstante, cuando se trata de fenómenos meteorológicos extremos, la previsión depende del tipo de episodio. Grandes fenómenos provocados por un huracán tropical pueden predecirse con un alto grado de probabilidad con varios días de antelación. En el caso de fenómenos meteorológicos extremos, pero de menor escala, la previsión es casi imposible. «Las tormentas eléctricas a menudo sólo pueden predecirse de seis a doce horas antes», dice Evans.

«Las predicciones meteorológicas son un enorme logro científico infravalorado», afirma Phil Evans, director general de EUMETSAT, la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos, conformada los satélites Meteosat y MetOp, que vigilan el estado del tiempo y el clima desde el espacio.

La previsión meteorológica es un «sistema caótico, porque el cambio más pequeño puede tener un gran impacto en lo que ocurra en los tres, cuatro o cinco días siguientes», explica Evans. En los cálculos se incluyen parámetros como la temperatura, la humedad, la temperatura de la superficie del mar y el viento. Los datos proceden de globos meteorológicos, aviones, barcos, boyas de medición, radares metereológicos, observatorios, estaciones automáticas en tierra y satélites.

Estos últimos proporcionan datos de zonas de difícil acceso, como desiertos o superficies oceánicas, lo que permite una vigilancia casi sin interrupciones. Desde 1977, Europa cuenta con sus propios satélites meteorológicos geoestacionarios, llamados Meteosat, los cuales tienen una visión de la Tierra desde una altitud de unos 36.000 kilómetros.

Clima extremo: difícil de predecir

Los modelos meteorológicos habituales predicen hasta con 14 días de antelación. Pero «diez días es lo más realista», dice Evans. Cada día que pasa aumenta la imprecisión. Así, por ejemplo, la previsión alcanza una precisión del 90 por ciento si se analiza 24 horas antes. Pero, al pronosticar el tiempo con tres días de antelación, la exactitud baja al 75 por ciento.

No obstante, cuando se trata de fenómenos meteorológicos extremos, la previsión depende del tipo de episodio. Grandes fenómenos provocados por un huracán tropical pueden predecirse con un alto grado de probabilidad con varios días de antelación. En el caso de fenómenos meteorológicos extremos, pero de menor escala, la previsión es casi imposible. «Las tormentas eléctricas a menudo sólo pueden predecirse de seis a doce horas antes», dice Evans.

Primeras imágenes del detector de rayos

El MTG-I1 está equipado con el llamado Lightning Imager (LI), el primer instrumento para la vigilancia continua de la actividad de los rayos y que fue puesto en servicio por EUMETSAT a principios de junio de 2023. Está dotado de cuatro telescopios, alineados principalmente sobre Europa, el Norte de África, Oriente Medio y Sudamérica. Cada uno de los telescopios graba 1.000 imágenes por segundo. El objetivo es detectar descargas electrostáticas directamente desde el espacio, de día o de noche y en cualquier entorno: mar, ciudad, o desierto.

El LI podría ayudar a los meteorólogos a pronosticar tormentas eléctricas severas, prevé Evans, pues permitirá observar cambios bruscos en la actividad de los rayos, algo habitual antes de tormentas fuertes. Se espera que, a partir de 2024, los datos del Lightning Imager estén plenamente operativos.

(aa/rml)

Go toTop