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La transformación de Ariana Grande, Cynthia Erivo y Michelle Yeoh tras el rodaje de Wicked

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El estreno de Wicked: Por Siempre, segunda parte de la adaptación cinematográfica del famoso musical, no solo ha generado expectativa por su ambición artística, sino también por la visible transformación física de sus protagonistas. Las comparaciones entre fotografías de 2019/2020 y su aspecto actual se han viralizado en redes sociales, abriendo un debate sobre la exigencia del rodaje y sus efectos en las actrices.

Ariana Grande, quien interpreta a Glinda, ha sido señalada como la que más cambió en este periodo. La cantante ya había abordado las críticas en 2023, explicando que la figura con la que se la comparaba correspondía a su “versión menos saludable”, marcada por el consumo de antidepresivos y malos hábitos. “Debemos ser más amables y menos cómodos comentando sobre el cuerpo de las personas, sin importar nada… Hay muchos tipos diferentes de belleza, hay muchas formas diferentes de verse saludable y hermoso,” afirmó la artista.

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Cynthia Erivo, encargada de dar vida a Elphaba, también mostró un cambio físico entre su aparición en los Óscar de 2020 y la premiere de Wicked. La actriz ha mantenido un enfoque en la fortaleza y el cuidado personal. “Me gusta mi cuerpo tal como es y me ejercito para asegurarme de que esté cuidado tanto por dentro como por fuera. Realmente, no hay objetivos particulares. Es solo mantener lo que ya tengo y seguir mejorándolo,” señaló en 2022.

Michelle Yeoh, quien interpreta a la Señora Morrible, ha llamado la atención por su aspecto a los 63 años. Reconocida por su trayectoria en películas de acción, la actriz explicó que las lesiones acumuladas a lo largo de su carrera la obligan a priorizar el cuidado preventivo. “Antes incluso de levantarme de la cama, empiezo a meditar y hago mi mantra… Despierto mi cuerpo lentamente. He tenido lesiones a lo largo de los años, así que tengo que rectificarlas,” comentó.

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Las transformaciones de las protagonistas han generado que la conversación en redes sociales pase del juicio estético a la preocupación por la salud y la carga laboral que enfrentaron durante la producción. El rodaje estuvo marcado por interrupciones debido al COVID, huelgas laborales y un calendario extenuante que obligó a Grande y Erivo a trabajar “hasta el hueso”, incluso enfrentando contagios en momentos clave.

Cynthia Erivo confesó que la pausa obligada por la huelga le permitió descansar y recuperar energías, un alivio en medio de la presión. La experiencia de las actrices refleja cómo la intensidad de una producción de gran escala puede dejar huellas visibles, pero también cómo cada una ha respondido con resiliencia y mensajes de aceptación personal.

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