Desde el martes 1 de septiembre, cuando la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, reabrió 7 parques en la ciudad, los miembros del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano (CUACME) controlan la temperatura y rocían con alcohol las manos de las personas que ingresan al Parque Centenario, de 06h00 a 22h00.
En el lugar, los uniformados municipales hacen guardia 24 horas. Dentro del parque hay 6 agentes, 2 en cada una de las dos puertas que están abiertas al público, pues hay dos portones que siguen cerrados. Otros 2 uniformados hacen las rondas en el interior del Centenario y mientras que, alrededor del parque, hay 6 agentes más, informó el capitán Jaime Dávalos, director del CUACME.
Los agentes, dentro de la también llamada Plaza del Centenario, se encargan de velar para que, a más de las dos medidas de bioseguridad ya mencionadas (control de la temperatura y alcohol en las manos), la ciudadanía use mascarilla y mantenga el distanciamiento social, para prevenir el contagio de la COVID-19. También custodian la seguridad.
“La mayor parte de las personas utilizan el Parque Centenario como una ruta de tránsito, muy pocas se quedan allí, la mayoría lo atraviesa para cruzar de Santa Elena a Pedro Moncayo.”, explicó Dávalos.
Control del comercio informal en Posorja
Mientras tanto, en la Guayaquil rural, un grupo de Agentes de Control Metropolitano, este jueves 3 de septiembre, continuó retirando a comerciantes informales de mariscos y artículos varios de la vía pública en la parroquia rural Posorja.
Estos operativos se realizan desde hace 3 semanas en citado lugar, los jueves, viernes y sábados, de 16h00 a 22h00.