Masacre familiar en Nueva Prosperina: el nieto, presunto objetivo

La celebración por el cumpleaños 81 de María Rosario Asmal Naula terminó en tragedia en el bloque 8 de Flor de Bastión, al noroeste de Guayaquil. La mañana del domingo 30 de noviembre, sicarios armados con pistolas y un fusil irrumpieron en la vivienda y asesinaron a seis personas, entre ellas la octogenaria y varios de sus hijos y nietos.

Las víctimas fueron identificadas como Franklin Alberto Castillo Cobos (41), Martha Jesús Guanoquiza Asmal (40), Anyi Daniela Baque Tumbaco (23) y Gabriela Dayana Pincay Guanoquiza (25), además de la propia homenajeada y otra mujer que intentó pedir clemencia en una casa contigua. Testigos relataron que los atacantes llegaron en dos motocicletas y dispararon indiscriminadamente contra los presentes.

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De acuerdo con fuentes policiales, el verdadero objetivo de los sicarios habría sido un nieto de la adulta mayor, recién cumplidos los 18 años. El joven logró salvarse al correr y esconderse detrás de unos tanques en el patio cuando los atacantes ingresaron. Antes de huir, los asesinos gritaron “Fénix Activos”, lo que refuerza la hipótesis de que el ataque está vinculado a disputas entre bandas criminales que operan en la zona.

En la escena se levantaron 17 indicios balísticos: 11 proyectiles calibre 9 milímetros y 6 de calibre 5.56. La Policía relaciona esta masacre con otro crimen ocurrido horas antes en el bloque 7 de Flor de Bastión, donde un menor de edad fue asesinado.

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Nueva Prosperina, considerado el distrito más violento del país, acumula 574 crímenes en lo que va del año, 242 más que en el mismo periodo de 2024. La masacre familiar evidencia la crudeza de las retaliaciones entre grupos delictivos y la vulnerabilidad de las comunidades que quedan atrapadas en medio de estas disputas.