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La mujer ha sido la gran víctima de la pandemia en Ecuador

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Más violencia doméstica, más desempleo, más horas dedicadas a la familia, más pobres y más embarazadas en la adolescencia, son algunas de las dramáticas consecuencias para la mujer ecuatoriana este 2021, tras un año de pandemia que social y económicamente se ha cebado, sobre todo, con ellas.

Así lo asegura a Efe Alison Vásconez, oficial nacional de programas de ONU Mujeres en Ecuador, en un resumen del año transcurrido, en el que recordó que la mujer ha sufrido especialmente las consecuencias sanitarias de esta pandemia.

«Ecuador se encuentra con una economía sumamente frágil, que se ha ido recuperando, pero que a su vez, ha deteriorado los derechos de las mujeres», aseguró la funcionaria del organismo internacional con motivo del Día Internacional de la Mujer.

En definitiva, un panorama poco alentador y, según advierte Vásconez, muchos de los derechos perdidos tardarán en recuperarse.

UN FEMICIDIO CADA TRES DÍAS

El aspecto más dramático es el de los femicidios, uno cada tres días en 2020, con un «crecimiento anual del 40 % desde 2017», desde que existen estadísticas oficiales, subraya.

«Aún faltan registros en temas de femicidio, pero este año ha sido más complicado acceder a la información, debido a la dificultad de realizar las denuncias, detección, peritaje, etc», destaca.

Otro ejemplo de esta dramática situación, las «10.000 llamadas al día» al servicio integrado de emergencias ECU911 por violencia intrafamiliar que se han llegado a tener, «concentradas más en zonas rurales y de la Amazonía».

Sin datos oficiales aún sobre el embarazo de adolescentes, Vásconez también describe un empeoramiento.

«No existen cifras oficiales, pero según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el embarazo adolescente en el país subió y es una cifra preocupante ya que Ecuador se encuentra en el segundo puesto de América Latina» en este tipo de indicadores.

El escenario general es el de una bajada en todos los indicadores sociales y un incremento en los de carácter penal, y el de carencias presupuestarias para impulsar los proyectos de protección social dada la débil situación de las finanzas ecuatorianas.

IMPACTO LABORAL

Según datos del Instituto de Estadísticas ecuatoriano, la brecha de género en el desempleo se duplicó, la oferta laboral a mujeres se redujo en cinco puntos, con una particular incidencia entre las de 24 a 29 años.

«El empleo adecuado se redujo (en el país). Actualmente existe entre un 30 %-35 % de población con empleo adecuado, pero hay una brecha de diez puntos en este tipo de empleo entre hombres y mujeres», destaca la funcionaria.

Un sector particularmente vulnerable ha sido el de las trabajadoras remuneradas del hogar, que sufrieron «un desempleo de cerca del 80%» a inicio de la pandemia, además, de «una precarización de su trabajo en temas de salud y seguridad laboral».

«Tenemos denuncias de que se las obliga a cuidar personas enfermas, que no se les permite salir a sus casas por el miedo al contagio, de que han sido separadas de sus trabajos sin indemnización», precisa al denunciar cambios que se hicieron a la ley laboral y que permitieron el despido de muchas de ellas.

Y es que a un año del comienzo de la pandemia, ha habido un «deterioro muy fuerte de los derechos de las mujeres, con algunas de ellas quedándose en casa por el confinamiento, imposibilidad de la economía de absorber a las trabajadoras y falta de financiación fuerte para la protección social, cuyas beneficiarias eran mayoritariamente mujeres, y un aumento en pobreza importante». EFE

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