Una inquietante historia de extorsión familiar ha sido desmantelada en Ecuador luego de que un ciudadano fuera víctima de chantaje por parte de su propia hermana y cuñado. La escalofriante trama implicaba exigencias de pago de 10.000 dólares a cambio de mantener a salvo la integridad del afectado, quien recibía mensajes y llamadas amenazantes junto con imágenes de su domicilio como táctica intimidatoria.
El valiente denunciante decidió tomar acción y alertó a las autoridades pertinentes, lo que dio inicio a una investigación por parte de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (UNASE) para dar con los responsables.
El desenlace de esta historia de terror tuvo lugar en un operativo estratégico llevado a cabo en los alrededores de un Centro Comercial en Manta, donde la UNASE logró la captura de los presuntos extorsionadores: Jaime Andrés Macías Álava y Wladimir David Castro Gavilanez.
A los sospechosos se les encontró como evidencia varios dispositivos electrónicos, soportes de papel, dinero en efectivo y un vehículo. El delito de extorsión en Ecuador, es sancionado con una pena privativa de libertad de tres a cinco años de cárcel.
Los detalles siniestros de este caso no terminaron allí, ya que la investigación policial reveló un giro inesperado al descubrir que uno de los detenidos confesó que la información confidencial sobre la víctima era suministrada por miembros de su propia familia. Esto condujo a la detención de Jessenia Tuarez, hermana de la víctima, y de su cuñado Danny Saúl Gavilanez Macías, quienes estaban involucrados en el macabro plan de extorsión.
La desarticulación de esta red criminal que operaba desde el seno familiar pone de manifiesto la complejidad y la peligrosidad de los delitos de extorsión, así como la importancia de la denuncia y la colaboración ciudadana para combatir este tipo de prácticas delictivas. La valentía del denunciante y la eficaz actuación de las autoridades han permitido poner fin a esta pesadilla y llevar ante la justicia a los responsables de tan despiadado acto.
