El exasambleísta Pablo Muentes, quien se encuentra procesado en relación al caso Metástasis, vivió un inusual episodio el viernes 3 de mayo. Según reportes, Muentes presentó un problema de salud que requirió su traslado al Hospital Abel Gilbert Pontón en Guayaquil y posteriormente al Hospital Naval.
Sin embargo, en horas de la noche de ese mismo viernes, fue devuelto a su celda en la cárcel de máxima seguridad La Roca tras determinarse que su estado de salud era estable.
La incertidumbre rodea este suceso, ya que no se ha revelado públicamente cuál fue el padecimiento que llevó a Muentes a ser llevado de un hospital a otro bajo resguardo policial. Este misterio ha generado especulaciones y dudas sobre la situación de salud y las circunstancias en las que se encuentra el exasambleísta.
Este episodio plantea interrogantes sobre la transparencia en el manejo de la salud de personas procesadas, así como sobre los protocolos y procedimientos seguidos en casos de emergencia médica de individuos bajo custodia judicial. La falta de información detallada ha generado debate y ha puesto de manifiesto la importancia de la comunicación clara y oportuna en situaciones de esta naturaleza.
