El exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas cumple un mes en la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil, con una situación que ha generado intensas controversias y repercusiones a nivel nacional e internacional. Francisco Hidalgo, accionante del habeas corpus en nombre de Glas, informó que el exvicepresidente se encuentra en huelga de hambre «radicalizada» como medida de protesta por sus condiciones de reclusión.
Además, se ha mencionado que el acceso de sus familiares a visitarlo está siendo restringido, lo que ha aumentado la preocupación sobre su estado de salud y bienestar. La detención de Jorge Glas el pasado 5 de abril en la embajada mexicana en Quito ha desencadenado una serie de reacciones a nivel global, siendo una de las consecuencias más notables la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Ecuador y México.
Este hecho ha generado un profundo impacto en el ámbito político y ha elevado la tensión entre ambos países, marcando un precedente en la historia de las relaciones bilaterales. La prolongada estancia de Glas en La Roca ha sido objeto de debate y críticas por parte de diversos sectores de la sociedad ecuatoriana, así como de organismos internacionales que han expresado su preocupación por el respeto a los derechos humanos y las condiciones de detención del exfuncionario.
Mientras tanto, la situación de Jorge Glas en prisión continúa siendo motivo de atención y seguimiento por parte de la opinión pública, que se encuentra dividida entre quienes ven su encarcelamiento como un acto de justicia y quienes cuestionan las circunstancias que rodean su caso y reclaman un trato más justo y humano.
La permanencia de Jorge Glas en La Roca sigue siendo un tema de gran relevancia y suscita inquietud sobre el respeto a los derechos fundamentales y el debido proceso en el sistema judicial ecuatoriano. La evolución de esta historia sin duda seguirá generando titulares y provocando reflexiones sobre la justicia y el estado de derecho en el país.
