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Emerson Curipallo sentenciado a 24 meses de prisión por el delito de prevaricato liberando a Jorge Glas

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En un giro significativo dentro de los pasillos de la justicia ecuatoriana, el exjuez Emerson Curipallo ha sido sentenciado a 24 meses de prisión por el delito de prevaricato. Esta condena se produce tras su admisión de haber manipulado el sistema judicial en noviembre de 2022, permitiendo de manera ilegítima la libertad de Jorge Glas, exvicepresidente de la República, quien se encontraba en prisión por graves cargos de corrupción.

El 1 de octubre de 2024, la Fiscalía General del Estado hizo pública la condena, resultado de un procedimiento abreviado donde Curipallo, reconociendo su culpabilidad, aceptó las acusaciones en su contra. Este reconocimiento no solo acorta su pena sino que también evita un juicio más prolongado y posiblemente más revelador de las fallas del sistema judicial.

Curipallo ya estaba en la cuerda floja judicial, enfrentando una pena de 40 meses por su rol en el denominado «Caso Metástasis», una red de corrupción y narcotráfico que llegó hasta los más altos niveles del poder judicial y político ecuatoriano. Su acción no se limitó a Glas; la Fiscalía también le imputa la liberación de sicarios asociados con el conocido narco Leandro Norero, subrayando así la profundidad de su implicación en actos que comprometen la seguridad pública y la integridad del sistema de justicia.

Las investigaciones llevadas a cabo por el Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) descubrieron que Curipallo emitió al menos doce boletas de libertad en un periodo de tres meses, entre septiembre y noviembre de 2022. Entre los beneficiados se encontraba Steven Navarrete, alias ‘Cuyuyui’, identificado como un estrecho colaborador de Norero, lo que refleja una preocupante penetración de la criminalidad organizada en el sistema legal.

Este caso pone de manifiesto la vulnerabilidad del sistema judicial ecuatoriano frente a la corrupción y el abuso de poder. La sentencia de Curipallo, más allá de ser una medida de justicia hacia un individuo, debería servir como un catalizador para una reforma judicial integral. Es imperativo restaurar la confianza del pueblo en sus instituciones, garantizando que la ley se aplique con integridad y sin favoritismos.

La condena de Emerson Curipallo es un recordatorio de que el camino hacia una justicia transparente y eficaz es largo y requiere de una vigilancia constante y acciones decididas contra aquellos que, desde dentro, corroen los pilares de la democracia y la justicia. La sociedad ecuatoriana observa con atención, esperando que este sea un paso hacia la depuración y fortalecimiento de su sistema judicial.