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Noboa asegura que su gobierno ha tenido que corregir el desastre que dejó otro gobierno

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En el contexto de la inspección de obras de rehabilitación en Pasaje, provincia de El Oro, el presidente Daniel Noboa ha hecho declaraciones significativas sobre su administración y los retos enfrentados. Ha enfatizado que su gobierno ha tenido que abordar y corregir un «desastre» legado por la administración previa en diversos campos como las finanzas, la crisis carcelaria, y la salud.

Noboa ha proyectado una imagen de enfrentamiento directo contra el crimen y el terrorismo, así como contra lo que describe como «políticos caducos». Esta declaración podría interpretarse como una crítica hacia las figuras políticas del pasado o aquellos que representan políticas que, según su perspectiva, ya no resuenan con el electorado actual. Su mención de que estos políticos están padeciendo de «urticaria» porque nadie quiere votar por ellos es una manera colorida de decir que hay una falta de apoyo popular hacia esas figuras o sus ideologías, reflejando quizás un deseo de cambio en el espectro político ecuatoriano.

Estas afirmaciones forman parte de una narrativa común en la política, donde los nuevos líderes suelen destacar los errores de sus predecesores para resaltar sus propios logros o la necesidad de sus políticas. Noboa está tratando de marcar una diferencia clara entre su gestión y la anterior, posicionándose como un reformador que no solo enfrenta a grupos delictivos sino que también busca renovar la política nacional.

Dado el contexto de su discurso en una obra pública, estas declaraciones también sirven para vincular su administración con el progreso y la acción tangible, intentando transmitir a la ciudadanía que su gobierno está activamente trabajando en la mejora de la infraestructura y, por extensión, de la calidad de vida de los ecuatorianos.

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