Investigadores británicos han revelado que trolls nacionalistas chinos han adoptado la identidad de seguidores estadounidenses del expresidente Donald Trump en un intento por avivar las divisiones internas previas a las elecciones en Estados Unidos.
Según un informe difundido el 1 de abril por el Instituto para el Diálogo Estratégico, con sede en Londres, se descubrieron cuatro cuentas previas que publicaban en mandarín y que luego pasaron a representar a partidarios de Trump en Estados Unidos, tuiteando en inglés.
Las cuentas fueron vinculadas a la red conocida como Spamouflage de China, caracterizada como una campaña de largo alcance y difusión, aunque mayormente ineficaz, orientada a promover narrativas favorables al Partido Comunista Chino.
Este descubrimiento pone de manifiesto la complejidad y sofisticación con la que ciertos actores extranjeros buscan influir en el debate político y social, utilizando estrategias engañosas y manipuladoras para inducir discordia y polarización en la sociedad estadounidense.
A medida que las tensiones globales se intensifican y la desinformación prolifera en línea, la vigilancia y el análisis de estas operaciones de influencia extranjera se vuelven cada vez más cruciales para preservar la integridad de los procesos democráticos y la soberanía nacional.
Es imperativo que los ciudadanos, los gobiernos y las plataformas tecnológicas estén alerta y tomen medidas proactivas para contrarrestar estas amenazas a la democracia y la estabilidad política.