El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Joe Biden, ha anunciado que negará las peticiones de asilo y deportará de manera expedita a aquellos que intenten ingresar irregularmente al país a través de la frontera con México.
Esta medida se pondrá en práctica cuando la frontera sur se vea «abrumada» por la llegada masiva de migrantes. La iniciativa fue oficializada mediante la firma de una orden ejecutiva por parte del mandatario demócrata, la cual entrará en vigor a medianoche con efecto inmediato.
El objetivo principal de esta medida es permitir a los oficiales de inmigración expulsar de manera rápida a aquellas personas que no tengan una base legal para permanecer en Estados Unidos, según informó la Casa Blanca. Este anuncio refleja un cambio en la política migratoria de Estados Unidos y busca abordar de manera más enérgica la situación en la frontera sur, estableciendo un mecanismo para actuar de manera rápida y eficaz ante posibles situaciones de emergencia provocadas por un aumento significativo de la migración irregular.
La implementación de esta medida plantea un desafío tanto en términos humanitarios como legales, generando debate y controversia en el país.
