El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, generó controversia al realizar acusaciones directas contra Estados Unidos y dos expresidentes colombianos, Iván Duque y Álvaro Uribe, de supuestamente haber orquestado operaciones delictivas en su contra.
En una declaración hecha durante su programa semanal «Con Maduro», el mandatario afirmó que estos actores externos habrían contratado narcotraficantes y enviado sicarios a Venezuela con la intención de causar daño. Según Maduro, el «imperialismo norteamericano» habría colaborado con Duque y Uribe para llevar a cabo actividades criminales en suelo venezolano, involucrando tanto a ciudadanos venezolanos como colombianos en dichas acciones. El presidente enfatizó su conocimiento de los responsables detrás de estos presuntos actos ilícitos.
Estas acusaciones se suman a la creciente tensión política en la región, donde Venezuela ha sido escenario de conflictos internos y presiones externas. Las afirmaciones de Maduro ponen de manifiesto las difíciles relaciones diplomáticas entre los distintos países involucrados y plantean interrogantes sobre la situación actual en la nación sudamericana. La audiencia internacional y los analistas políticos siguen de cerca estas acusaciones y esperan ver cómo se desarrollan los acontecimientos en medio de esta denuncia pública por parte del líder venezolano.
