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Internacional

Petro cree que están planeando un “golpe de estado” en su contra

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En el gran teatro de la política colombiana, donde cada día parece una telenovela con más giros que un laberinto de espejos, el presidente Gustavo Petro ha decidido añadir un nuevo capítulo: «El Golpe de Estado que no lo es».

Petro, con un dramatismo que haría a Shakespeare tomar notas, ha denunciado que el Consejo Nacional Electoral (CNE) está orquestando un «golpe de Estado» en su contra. ¿La razón? Una investigación por supuestamente gastar más en su campaña de 2022 que lo que un político promedio gasta en café durante su mandato.

Ahora, el CNE, esa entidad que normalmente se dedica a contar votos y asegurarse de que las campañas no se financien con monedas de chocolate, ha encontrado que Petro y su equipo se pasaron de presupuesto en unos 5.300 millones de pesos. Para ponerlo en perspectiva, eso es como si en lugar de comprar un pastel para la fiesta de cumpleaños del país, hubieran comprado la panadería entera.

Petro, en su defensa, argumenta que el CNE no tiene el poder de «despojarlo del fuero integral constitucional». Es como si dijera: «¡No puedes quitarme mi corona de presidente solo porque me pasé un poco con el presupuesto de la fiesta!»

La comunidad internacional, mientras tanto, observa como si estuvieran viendo un reality show donde el drama es tan grueso que podría cortarse con cuchillo. Expertos consultados por La Voz de América, en un tono que podría ser de «aquí no pasa nada», señalan que el CNE no tiene la facultad de juzgar al presidente, pero sí puede sancionar a partidos políticos. Es como si el árbitro de un partido de fútbol pudiera amonestar a un equipo, pero no expulsar al entrenador por gritar demasiado desde la línea de banda.

Petro, sin embargo, insiste en que esto es un «golpe de Estado», una frase que en Colombia parece tener más usos que un comodín en un juego de cartas. Desde su perspectiva, es como si cada crítica o investigación fuera un intento de derribarlo, lo cual, si lo pensamos, no es muy diferente a cómo muchos de nosotros reaccionamos cuando nos dicen que hemos excedido nuestro límite de tarjetas de crédito.