No hubo acuerdo para proteger a la naturaleza en La COP16, solo consensos para la creación del «Fondo de Cali

La COP16, que se celebró en Cali, Colombia, finalizó este sábado 2 de noviembre de 2024 sin alcanzar un acuerdo global para avanzar en la protección de la biodiversidad del planeta. Sin embargo, no todo fue en vano, ya que la cumbre logró consensos importantes en áreas específicas, como la creación del «Fondo de Cali», destinado a establecer pagos por el uso de secuencias genéticas digitales y asegurar el reparto equitativo de los beneficios derivados de la biodiversidad.

Las negociaciones, que se extendieron por más de diez horas, no lograron resolver los puntos más espinosos: cómo financiar la aplicación del marco global para la biodiversidad acordado en Kunming-Montreal en 2022, ni cómo monitorear ese cumplimiento. La presidenta de la COP16, Susana Muhamad, expresó su desazón por la falta de acuerdo, indicando que aunque Colombia hizo su parte, el resultado final dependía de la voluntad de los países participantes.

A pesar de la falta de consenso en los temas más polémicos, se destaca la aprobación de un fondo para gestionar los beneficios de los datos genéticos de la naturaleza y la creación de un mecanismo para dar voz permanente a las comunidades indígenas, logros que Muhamad valoró como pasos significativos. Sin embargo, la crítica de organizaciones como Greenpeace resaltó que, aunque hubo promesas de protección, no se concretó el financiamiento necesario para llevar a cabo estas acciones.

La COP16, con el lema «Paz con la naturaleza», atrajo a una cantidad récord de delegados y contó con un espacio público vibrante, lo que contrarrestó la naturaleza cerrada de las discusiones técnicas. Además, la cumbre se llevó a cabo en un contexto de seguridad desafiante, logrando mantener la paz a pesar de amenazas de grupos guerrilleros.

Aunque la cumbre finalizó sin un acuerdo definitivo, los avances en financiamiento y representación indígena ofrecen un camino hacia adelante, aunque el compromiso financiero sigue siendo una piedra angular pendiente en la lucha contra la pérdida de biodiversidad.