Servicio Secreto de EE. UU. desmantela red que amenazaba las comunicaciones en Nueva York antes de la Asamblea de la ONU

En vísperas del inicio de la Asamblea General de la ONU, el Servicio Secreto de Estados Unidos anunció el desmantelamiento de una red tecnológica que representaba una seria amenaza para las comunicaciones en Nueva York. El evento, que reúne a líderes de más de 190 países, estaba en riesgo de sufrir interrupciones en sus sistemas de telecomunicaciones debido a una operación clandestina detectada por las autoridades.

Según el comunicado oficial, la red desmantelada estaba compuesta por más de 100.000 tarjetas SIM y 300 servidores, distribuidos en un radio de 56 kilómetros alrededor del recinto de la Asamblea General de las Naciones Unidas. “Además de realizar amenazas telefónicas anónimas, estos dispositivos podrían usarse para llevar a cabo un amplio abanico de ataques de telecomunicaciones”, entre ellos “desactivar torres de telefonía celular”, indicó la agencia.

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La detección de esta infraestructura se dio en un momento crítico, justo antes del arranque de las sesiones multilaterales, el Servicio Secreto destacó que actuó con rapidez para evitar que se produjera una interrupción masiva en las comunicaciones de la ciudad. “Teniendo en cuenta el momento, la ubicación y el potencial de interrupción significativa de las telecomunicaciones de Nueva York que representaban estos dispositivos, la agencia actuó rápidamente para interrumpir esta red”, señaló el comunicado.

La operación ha sido considerada un éxito por las autoridades estadounidenses, quienes lograron neutralizar una amenaza que podría haber afectado el desarrollo de uno de los eventos diplomáticos más importantes del año. Sin embargo, la investigación sigue abierta, el Servicio Secreto informó que se continuará indagando para determinar el verdadero objetivo detrás del intento de sabotaje y si existen vínculos con actores externos o grupos organizados.

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Con la Asamblea General en marcha, las medidas de seguridad se han intensificado en Nueva York, mientras las autoridades aseguran que se mantendrá la vigilancia para garantizar el normal desarrollo de las deliberaciones internacionales.