Bolivia elimina subsidios a combustibles tras dos décadas de congelamiento

El gobierno de Bolivia anunció este miércoles la eliminación de los subsidios a los combustibles, una política que mantuvo congelados los precios de la gasolina y el diésel durante más de 20 años bajo administraciones de izquierda. El presidente Rodrigo Paz, acompañado de su gabinete, afirmó que la medida busca “orden, justicia y redistribución clara” en el manejo de los recursos públicos.

El decreto establece que el diésel dejará de figurar en la lista de sustancias controladas, lo que permitirá su importación directa por parte del sector privado. Según el mandatario, la decisión pretende aliviar la presión fiscal y evitar que los subsidios continúen generando corrupción y contrabando. “Los subsidios que se usaron para esconder el saqueo no volverán a condenar a Bolivia”, declaró.

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Actualmente, el litro de gasolina y diésel se vende a un precio subvencionado de 0,53 dólares, lo que representa un gasto anual superior a los 2.000 millones de dólares para el Estado. Esta política, según el gobierno, drenó las reservas internacionales y profundizó la peor crisis económica en cuatro décadas.

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Desde 2023, las estaciones de servicio han enfrentado constantes desabastecimientos, con largas filas de vehículos que aguardaban horas o incluso días para acceder a carburantes, el Ejecutivo sostiene que la estabilización de precios permitirá generar ingresos fiscales adicionales y garantizar un suministro más transparente.

La medida marca un giro histórico en la política energética boliviana y abre un escenario de incertidumbre social y económica. Mientras el gobierno defiende la necesidad de corregir distorsiones y recuperar estabilidad, la población aguarda con expectativa los nuevos precios y el impacto que tendrán en el costo de vida y en la recuperación del país.

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