Opinión
¿Dónde vas, Carbonerito?

La sonrisa no le cuesta. Por eso sus labios están marcados de oreja a oreja. Siempre sonriente. Es que la vida lo ha tratado así. Su natal San Lorenzo, Esmeraldas, lo recuerda como si fuera ayer y con mucho cariño. Las polvorientas calles de su barrio cuentan todo. Como el pequeño larguirucho de cuerpo extraño y con una barriga pronunciada iba ganando espacio dentro de su barriada. La historia señala que era uno de los primeros en ir atrás de un balón y el último en irse. De esa manera Enner Remberto Valencia Lastra -4 de noviembre de 1989- fue dándole a la pelota de trapo o la famosa llamada número cinco.
La pobreza -en ese sector- fue franciscana, pero eso no pesó para que vaya creciendo con su eterno capricho de ser un gran jugador. Las malas lenguas y la mía que no es tan buena señalan que se inició en las inferiores del Club Deportivo Caribe Junior de la provincia de Sucumbíos, bajo el mando del exfutbolista Pedro Perlaza. Ese contacto con gente experimentada fue más que suficiente para crear confianza.
Entender el fútbol e intentar soñar en el grande. Atributos que lo llevaron a la selección de Sucumbíos en el Campeonato Nacional de Selecciones Provinciales en 2006. Pero el gran salto de Enner Valencia fue cuando llegó al Manso Guayas para probarse en Emelec.
Le costó la adaptación, pero las ganas le sobraban y el hambre de triunfo más aún. Corría el 2008 pero solo después de dos años contó con el beneplácito del primer plantel para debutar. El pelado Jorge Sampaoli, le brindó la confianza. Lo hizo debutar. Y no le falló. Y llegaron los goles a nivel local, nacional e internacional. Movedizo, gran olfato de goleador, siempre en las 18 yardas y lo más importante de larga, corta o larga distancia la mandaba a guardar. De cabeza también. No importaba que fallara cinco, pero anotaba uno.
En ocasiones dos, pero siempre se las ingeniaba para estar en boca de todos. Y así fue creciendo entre aplausos y críticas o críticas y aplausos, pero nunca pasó inadvertido. Alegre, divertido. Sonriente. Amigo del amigo y de la censura e insulto… le resbalaba. Llegaron las salidas al exterior y las convocatorias a la Tricolor. El cantar fue otro. México se dio el gusto de tenerlo en esa órbita.
En el 2014 empezó su recorrido europeo. West Ham United lo llevó a sus filas. Su temporada fue más que buena y generosa anotando acciones de gran factura. El 31 de agosto de 2016, Valencia fichó por el Everton cedido por una temporada, con la opción de un movimiento permanente de 14,5 millones de libras esterlinas en el verano del siguiente año. No aguantó el trajín y retornó a México. Su revancha quedó marcada con un título. Después llegó el Fenerbahçe de la Superliga de Turquía. Lo hizo de manera excelente.
Tras su paso por Turquía, el 12 de junio de 2023 fue anunciado su fichaje por el Sport Club Internacional de la Primera División de Brasil, con contrato hasta mediados de 2026. Con la selección nacional las cosas siempre le han sonreído pese a las múltiples acciones fallidas las mismas que lo han llevado de la gloria a la decepción. Pero su eterno amor con las redes no lo han abandonado.
A los 36 años les dijo adiós a las sublimes convocatorias de una próxima eliminatoria, pero no descarta que su último mundial será donde pondrá la cerecita del pastel. Su potente disparo, su ubicación, explosión en el uno a uno, el gran remate de cabeza, su oportunismo y su entrega nunca estará puesta en duda. Por eso rendimos un justo homenaje al goleador. Parafraseando la letra de Carbonerito de El Gran Combo De Puerto Rico. Lo despedimos al grande de las 18 yardas y de los cinco cincuenta.
Carbonerito Yo jugué con una selección encantadora Una selección grande como el gol Y como yo soy un negro color bomba Nuestra clasificación salió como un cañón Un cañón que midió veintinueve y medio Y pesó nueve con algo, casi diez.
Fue tan grande el Sí se puede que sentí yo al ver A esos jugadores, que en mis brazos lo tomé y le canté
¿Dónde vas, Carbonerito? ¿Dónde vas a hacer carbón? A la Yony … a la Yony, la Yony para ser campeón
A esa Tricolor yo la quiero Con todo mi corazón Es la alegría de mi Ecuador Y la dueña de mi pasión
Ella tiene (ella tiene) Jugadores grandes (Jugadores grandes) Y yo soy bien goleador Y así feos como somos Tenemos mucha ilusión
Ya me ha dado seis mundiales Y campeonar quisiera yo Para completar el delirio de todo el Ecuador Y cantarles la canción, que dice así
¿Dónde vas, Carbonerito? ¿Dónde vas a hacer carbón? A la Yony … a la Yony, la Yony para ser campeón
Yo clasifiqué Con una selección encantadora Una selección aguerrida y fina Una selección tricolor
A la Yony … a la Yony, la Yony para ser campeón
Ella gana, gusta y golea Por eso, contento digo ¡Ay, qué selección tengo!
A la Yony … a la Yony, la Yony para ser campeón
Ya se logró la clasificación Los aficionados siguen llegando Alegría estoy necesitando Más fervor para la celebración, que se acaba
A la Yony … a la Yony, la Yony para ser campeón