Política
Alcalde Aquiles Álvarez: Jamás pediré disculpas, el que es vago, es vago, sea hombre o mujer.
Aquiles Álvarez, el alcalde de Guayaquil, ha sido recientemente sentenciado por el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) por violencia política de género. Esta sentencia se produjo a raíz de una denuncia presentada por la asambleísta Lucía Jaramillo. Los comentarios que condujeron a esta acusación fueron publicados por Álvarez en una plataforma de redes sociales, donde se refirió a Jaramillo como «niña vaga» y «vocera turra».
El hecho de que Álvarez haya sido sentenciado implica que el TCE encontró que sus declaraciones constituyen violencia política de género, lo cual va en contra de los principios de respeto y no discriminación en la política ecuatoriana. Esta situación subraya la importancia de la retórica y el lenguaje utilizado por figuras públicas, especialmente aquellos en posiciones de poder, y cómo pueden ser perjudiciales para los derechos políticos de las mujeres y la integridad del discurso democrático.
Para obtener más detalles sobre el caso y la sentencia, se puede revisar la fuente indicada, aunque es importante recordar que la información en línea debe ser revisada críticamente.
Jamás pedir disculpas por decir la verdad, la vagancia no tiene que ver con género, más aún si está sustentado con un informe de Contraloria donde se sustenta de que jamás acudía a su lugar de trabajo, jamás marcaba, etc. el que es vago, es vago, sea hombre o mujer.
Señores del TCE: Prefiero que me destituyan, vengan a hacerse cargo de un Guayaquil que quedó destrozado, con un gobierno que persigue con todas las instituciones del estado y cierra negocios del alcalde en gestión, solo por pelear causas justas para su ciudad.
Vengan nomas, destitúyanme si quieren.
Jamás voy a pedir disculpas ni a bajar la voz por decir la verdad. Una cosa es la forma, otra cosa es violencia política de género.
Mientras el país está sin luz, con muertes a diestra y siniestra, sin trabajo, el alcalde de un municipio que trabaja incansablemente, con obras reactivadas en toda la ciudad, avanzando en todos los frentes, elegido legítimamente por la mayoría de los guayaquileños, a pesar de todo el contexto jodido del país, el TCE perdiendo tiempo en este tipo de pendejadas, lo mismo gran parte de la asamblea nacional y todas las instituciones del estado: SE HAN DEDICADO SOLO A PERSEGUIR, por eso no hay gestión y por eso estamos como estamos: en la mierda. En cambio, Guayaquil en esta administración lo único que ha hecho es TRABAJAR, no persigue a nadie y se enfoca en salir adelante. Esas son las diferencias.
Vengan nomas, atropellen la democracia y destituyan a un alcalde que recorrió toda la ciudad de forma honrada, para buscar una opción de cambio y que hoy la lucha día a día por sacarla adelante. Destitúyanme, los espero. Veremos que reacción de la mayoría gente en las calles y zonas que estuvieron olvidadas de Guayaquil, que hoy en esta administración POR FIN tienen agua potable después de 40 años cuando lo hagan.