Política
Asamblea Nacional celebra con aplausos la recaptura de alias “Fito” en medio de tensiones
El Pleno de la Asamblea Nacional de Ecuador celebró con un minuto de aplausos la recaptura de José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”, líder de la banda criminal Los Choneros, tras un operativo del Bloque de Seguridad en Manta el pasado 25 de junio. La iniciativa, promovida por el bloque oficialista Acción Democrática Nacional (ADN), destacó el éxito de la operación y atribuyó los resultados a las recientes leyes de Solidaridad e Inteligencia, aprobadas para fortalecer la lucha contra el crimen organizado.
Durante la sesión legislativa, los cánticos de “Ecuador” y “Sí se puede” resonaron en el hemiciclo, reflejando el respaldo de la mayoría de los asambleístas a las acciones del gobierno del presidente Daniel Noboa. Las leyes mencionadas, inspiradas en normativas como la Ley Patriota de Estados Unidos, han permitido optimizar las operaciones de inteligencia y seguridad, según el bloque ADN. La recaptura de “Fito”, quien escapó de prisión en enero de 2024, fue presentada como un hito en la estrategia para desmantelar redes criminales en el país.
Sin embargo, el acto generó controversia entre algunos legisladores de oposición. Ricardo Patiño, de la Revolución Ciudadana, cuestionó la efusividad de la celebración, recordando que la fuga de “Fito” ocurrió bajo la actual administración, lo que desató un breve intercambio de críticas en el Pleno. Otros miembros de la Revolución Ciudadana expresaron su desacuerdo con el gesto, aunque algunos se sumaron al aplauso, reconociendo la importancia de la detención del líder de Los Choneros, quien enfrenta cargos por narcotráfico y tráfico de armas en Ecuador y Estados Unidos.
La sesión concluyó con un llamado del bloque oficialista a continuar respaldando las políticas de seguridad del gobierno, mientras se espera que “Fito” sea trasladado a la cárcel de máxima seguridad La Roca en Guayaquil, a la espera de una posible extradición a Estados Unidos. La recaptura ha sido celebrada como un paso clave en la lucha contra el crimen organizado, aunque persisten debates sobre la efectividad de las medidas para prevenir futuras fugas.
