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Nuevas revelaciones en el caso Las Malvinas tras segunda reconstrucción
– La segunda reconstrucción de los hechos del caso Las Malvinas, realizada entre la noche del 27 y la madrugada del 28 de abril de 2025, reveló detalles estremecedores sobre las agresiones sufridas por los cuatro menores víctimas de desaparición forzada y asesinato en diciembre de 2024. La diligencia, liderada por la Fiscalía, se centró en esclarecer los eventos que culminaron con la muerte de Ismael Arroyo (15 años), Josué Arroyo (14 años), Saúl Arboleda (15 años) y Steven Medina (11 años).
Durante el procedimiento, que duró casi ocho horas, cuatro de los 16 militares imputados por desaparición forzada confesaron que los menores sufrieron múltiples agresiones antes de su asesinato. Según sus declaraciones, Steven, Josué, Saúl e Ismael recibieron correazos, patadas, golpes, puñetazos y pisotadas en el suelo. También se aplicaron llaves de lucha y se detonó un disparo a pocos centímetros de ellos, incrementando el terror de las víctimas.
La reconstrucción comenzó en la avenida 25 de Julio, sur de Guayaquil, donde los menores fueron detenidos el 8 de diciembre de 2024 por dos patrullas de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). La diligencia avanzó hasta un camino rural de tercer orden, sin asfaltar, en las afueras de Taura, cantón Naranjal. En este lugar, los cuatro militares señalaron el sitio donde presuntamente abandonaron a los menores, desnudos y en plena noche, tras las agresiones.
La Fiscalía, acompañada de peritos especializados, documentó cada etapa del recorrido, desde la detención hasta el punto de abandono. Los militares procesados, trasladados desde la cárcel de Latacunga, participaron en la recreación con uniformes, esposados y bajo estricta vigilancia. La diligencia buscó verificar las versiones de los imputados y contrastarlas con testimonios previos, como los de testigos y los tres menores que escaparon durante la detención inicial.
El caso, que conmocionó a Ecuador, se encuentra en la etapa final de instrucción fiscal, iniciada el 31 de diciembre de 2024 y con cierre previsto para el 31 de mayo de 2025, tras una extensión de 30 días. Los restos calcinados de los menores fueron hallados el 24 de diciembre de 2024 en un manglar de Taura, y su identidad fue confirmada el 31 de diciembre. Un informe de autopsia, revelado el 28 de marzo de 2025, indicó que los menores murieron por disparos violentos, con uno de ellos presentando una lesión craneal previa al deceso.
La reconstrucción refuerza la teoría de desaparición forzada, respaldada por la jueza Tanya Loor el 24 de diciembre de 2024 mediante un habeas corpus. Las confesiones de los militares añaden elementos clave para determinar responsabilidades en este delito, que podría conllevar penas de hasta 26 años de prisión. La Fiscalía aún espera informes periciales pendientes, como el análisis de Criminalística sobre las causas exactas de la muerte.
