La noche de ayer, el Aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil fue escenario de un escalofriante suceso que ha dejado consternada a toda la ciudad.
Dos personas fueron secuestradas por individuos que se hacían pasar por agentes de policía. Según testigos presenciales, los secuestradores se acercaron a las víctimas con aparente confianza, mostrando placas y uniformes policiales falsos.
Lograron engañar a las personas, quienes creyeron que estaban siendo detenidas por motivos legales. Sin embargo, lo que parecía ser un simple control de identidad se convirtió en una pesadilla. Una hora más tarde, en la autopista Narcisa de Jesús, a la altura del puente que conduce a Samborondón, se descubrieron los cuerpos sin vida de dos personas, con heridas de bala.
Las víctimas fueron identificadas como las mismas que habían sido secuestradas en el aeropuerto. Las autoridades han iniciado una exhaustiva investigación para esclarecer los motivos detrás de este cruel acto. Se sospecha que se trata de un ajuste de cuentas o un acto de venganza, pero aún no se descartan otras hipótesis.
El secuestro y posterior asesinato de estas dos personas ha generado un profundo impacto en la sociedad guayaquileña. La sensación de inseguridad se ha multiplicado, ya que nadie se siente a salvo incluso en lugares públicos y concurridos como un aeropuerto.
