Guayaquil

Familias de Mucho Lote denuncian estafa inmobiliaria y enfrentan embargos

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En el norte de Guayaquil, 27 familias de la urbanización Victoria Club, en Mucho Lote 2, viven momentos de angustia tras recibir órdenes de embargo sobre sus viviendas. A pesar de haber pagado al contado, los propietarios descubrieron que sus casas estaban hipotecadas por la constructora Daldry S. A., la cual no canceló la deuda con el banco acreedor.

La jueza de la Unidad Judicial Civil ordenó el embargo de los inmuebles, mientras los afectados denuncian que nunca recibieron las escrituras. Elvira Solís, quien vendió una finca por USD 50 000 para adquirir su casa en 2016, expresó su frustración: «Decidí vender unas tierras y ahora me entero que esta casa ya no es mía». Linda Macías, otra propietaria, compró su vivienda en 2015 con los ahorros de la jubilación de su madre y reclamó: «Nos quieren quitar una casa que la pagamos de contado. La deuda es de los dueños de la compañía de Daldry, a ellos deben cobrarles, no a nosotros».

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La indignación llevó a los vecinos a protestar bloqueando la avenida Narcisa de Jesús. Ángel Landy, uno de los afectados, lamentó haber confiado en el proyecto: «Pusimos toda la confianza en este proyecto avalado por el Municipio y ahora nos dejan solos».

La empresa Daldry reconoció la deuda y aseguró haber presentado dos propuestas al banco para liberar las hipotecas, sin éxito. Además, acusó al Municipio de Guayaquil de haberles vendido terrenos mediante subasta pública que no le pertenecían. Según la Superintendencia de Compañías, los accionistas de Daldry son Gastón Euclides Villamar Andrade y Héctor Antonio Patiño Gómez.

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Por su parte, el Municipio respondió que la constructora no cumplió con la entrega de los códigos catastrales y que la deuda corresponde únicamente a Daldry. Afirmó que colaborará con información si se presenta una denuncia formal.

Las familias afectadas, que invirtieron sus ahorros y jubilaciones en estas viviendas, temen perder lo que consideran el fruto de años de esfuerzo. Mientras tanto, continúan exigiendo justicia y aseguran que no cesarán en sus reclamos hasta que se les reconozca como legítimos propietarios.

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