Xavier Narváez, director municipal de Justicia y Vigilancia, informó que su departamento viene trabajando de la mano de la Policía Nacional en los operativos vespertinos, realizados en conjunto, desde la semana pasada, de jueves a domingo, en el Suburbio, Guasmo y el norte de Guayaquil, para controlar las aglomeraciones de personas reunidas en los barrios, en fiestas, sin distanciamiento, y consumiendo bebidas alcohólicas en las calles, con parlantes en alto volumen.
Esta acción de control es parte de las medidas vigentes para evitar el potencial contagio y rebrote de la COVID-19 en la ciudad.
Los delegados de Justicia y Vigilancia han clausurado 45 locales hasta el momento, entre restaurantes y negocios de venta de licores, que atendían fuera del horario del toque de queda, que hasta el 30 junio era de 21h00 a 05h00 y que por disposición del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional, desde el 1 de julio es de 23h00 a 5h00, en ciudades en semáforo en amarillo, como es el caso de Guayaquil.
El Director Municipal de Justicia y Vigilancia señaló que su personal también colocó sellos de clausura en casas donde vendían licor a personas que estaban bebiendo en la vía pública, con parlantes a todo volumen, causando molestias al resto de vecinos.
Narváez explicó que, en este caso, el propietario de la vivienda comete una contravención a la ordenanza en contra del ruido, cuya multa es de un salario básico y se cobra cuando el contribuyente paga los impuestos prediales.
Estos operativos conjuntos, que se realizaron de jueves a domingo, desde las 16h00 hasta la media noche, continuán.