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Guillermo Lasso envía carta abierta a Lenín Moreno con su postura por aprobación de código de salud
Señor Presidente:
La Asamblea Nacional acaba de aprobar el Código Orgánico de Salud (COS). Algunos artículos de este texto legal atropellan varios preceptos constitucionales y causan profundo malestar en la mayoría de los ciudadanos de este país, además de afectar a la dignidad de los profesionales médicos. El COS merece de su parte, señor Presidente, un veto total.
En particular, el art 201 ignora el derecho a la vida del niño por nacer, que la Constitución protege desde el momento de la concepción. Es evidente que la normativa aprobada en la Asamblea abre espacio para la impunidad del crimen del aborto, que puede ser provocado y llevado a condición de emergencia obstétrica mediante fármacos que, ilegalmente, son ofrecidos en las redes sociales. Un mínimo de coherencia con la Constitución obligaría a exigir del profesional su esfuerzo para detener el proceso abortivo. Así mismo, la coherencia con el Código Orgánico Integral Penal (art. 421, 422) obligaría al profesional médico a denunciar la provocación del crimen del aborto. No cabe imponerle confidencialidad para convertirlo en cómplice, ni tampoco violentar su conciencia con inaceptable irrespeto a su dignidad.
El art. 196 del COS llama ‘maternidad subrogada’ a lo que comúnmente se designa como ‘vientres de alquiler’. El eufemismo empleado no consigue disfrazar el atentado a los derechos del niño o niña para conocer y vivir con su padre y su madre, sin que se le ponga en la conflictiva situación de tener una madre legal y otra real. Están en juego su identidad, la armonía de sus lazos familiares y muy complejos problemas legales. Por lo demás, la experiencia de los países en que se ha entrado por estos ensayos de atender un derecho inexistente –nadie tiene derecho a tener hijos como sea- ha originado tráficos completamente repulsivos.
Los artículos 115, 193 y 208 responden a una ideología altamente cuestionada y cuestionable, que no merece ser elevada a categoría de una legalidad que la legitime. Finalmente, el art. 22 contiene un directo ataque a la potestad y responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos.
La paz del país y el sentir de la mayoría de los ecuatorianos postula un veto a estos artículos, ya sea bajo forma de veto total al COS o parcial para los artículos reseñados.
Atentamente
Guillermo Lasso Mendoza