Diez soldados pertenecientes a las Fuerzas Armadas del Ecuador (FAE) se encuentran en medio de un proceso judicial al ser implicados en la destrucción del radar de vigilancia instalado en el cerro Montecristi. Este radar, colocado en el año 2021 con la finalidad de detectar vuelos y aterrizajes de avionetas que transportaban drogas desde Manabí, fue objeto de sabotaje apenas un mes después de su puesta en funcionamiento.
Un Juez de Garantías Penales ha decidido llamar a juicio a diez de los catorce soldados involucrados en este caso, acusándolos de presunta participación en el delito de sabotaje. Estos militares tenían la responsabilidad de patrullar y custodiar el equipo de vigilancia en el momento en que ocurrió la explosión que lo inutilizó.
Las pruebas en contra de los soldados provienen de cuatro informes detallados elaborados por expertos de Estados Unidos, Ecuador y la empresa proveedora del radar. Estos informes analizaron los restos del explosivo utilizado en el sabotaje, llegando a la conclusión de que se trataba de residuos de explosivos plásticos que requieren de un manejo especializado para su detonación.
Además, se destaca su capacidad destructiva y la escasa evidencia que dejan tras su detención, según la Fiscalía. El informe de la Junta de Investigación de Accidentes de la FAE ha concluido que la destrucción del sistema de vigilancia no puede haber sido resultado de una falla mecánica o electrónica, fortaleciendo la presunción de que los militares estuvieron involucrados en su destrucción, motivo por el cual el juez ha llamado a juicio a los soldados.
En caso de ser encontrados culpables, los soldados podrían enfrentar penas de hasta 10 años de cárcel por su presunta participación en el acto de sabotaje. A medida que se desarrollen las investigaciones y el proceso judicial, se espera que se esclarezcan los hechos y se determine la responsabilidad individual de los acusados en este caso.
