En una tarde marcada por la fuerza despiadada de la naturaleza, un aluvión repentino sacudió los apacibles sectores de La Gasca y La Comuna, en el noroccidente de Quito. El caudal de la quebrada El Tejado se desbordó sin piedad, desencadenando una cadena de acontecimientos devastadores.
En medio de la tragedia, se confirmó el trágico fallecimiento de un hombre que, en su viaje en motocicleta, se vio sorprendido por la furia del agua y la tierra. Su cuerpo sin vida fue descubierto por valientes miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía Nacional, a escasos metros de las intersecciones de las calles La Gasca y Enrique Richter.
En un acto de valentía y resiliencia, 16 pequeños fueron rápidamente evacuados de una guardería ubicada en esa misma calle, encontrando refugio seguro lejos de la amenaza que acechaba. Mientras tanto, la solidaridad y el compromiso de las autoridades se hicieron evidentes al identificar al menos dos familias afectadas por la catástrofe.
En un gesto de humanidad y empatía, las Casas Somos abrieron sus puertas para convertirse en albergues temporales, proporcionando un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. En tiempos de adversidad, la comunidad se une para mostrar su fortaleza y apoyo mutuo, enfrentando juntos los desafíos que la vida les presenta.
