Algunas mujeres y al menos 15 guardias están secuestrados por los internos de la cárcel de Tacumbú, la más grande de Paraguay. Organizaciones criminales locales como el Clan Rotela o como el Primer Comando da Capital de Brasil son dos de las presuntas responsables del conflicto que se inició hace unas 24 horas con un motín y un incendio.
El motín empezó alrededor de las 3 pm del martes 11 de octrubre y horas después tomaron como rehenes al menos 15 guardiascárceles y cerca de 30 mujeres que habían acudido al penal en el día de visita.
La prisión cuenta con una veintena de guardias para casi cuatro mil internos y está más controlada por la propia mafia que por el gobierno paraguayo. Hasta el momento, los intentos de la Policía y del Ministerio de Justicia por controlar la situación han sido en vano. Los internos, presuntamente dirigidos por el clan Rotela, convocaron a la prensa para desvincularse de un crimen del que los acusaba el ministro del Interior. Ellos difundieron un video en el que el suboficial Oliver Daniel Lezcano, principal sospechoso del asesinato del militar Líder Ríos, aclara que se fugó de la cárcel y no fue descuartizado como lo había anunciado el ministro de Justicia, Ángel Barchini.
«Esta cárcel es un infierno, no hay nada”, cuenta un interno de Tacumbú durante una visita el año pasado. Organizaciones criminales locales como el Clan Rotela o como el Primer Comando da Capital de Brasil son dos de las presuntas responsables del conflicto que se inició hace unas 24 horas con un motín y un incendio.
Paraguay es el país con la mayor proporción de personas presas sin condena en Latinoamérica y el cuarto del mundo. El resultado es el hacinamiento inhumano de sus cárceles y Tacumbú, en plena capital, es el mejor ejemplo de ello.
En contraste, políticos corruptos y narcotraficantes que por alguna inusual razón van a prisión, encuentran en Tacumbú, «celdas VIP» con comodidades que ni la mitad de la población de Paraguay podría tener en su casa.
