Acompañada por perros de búsqueda y efectivos policiales, María de Jesús Soria Aguayo lideraba a un grupo de voluntarios en una meticulosa caminata el miércoles a través de campos secos en el sur de la Ciudad de México, con la vista fija en el suelo.
La misión de este grupo era localizar restos humanos y recolectar evidencia, siguiendo la sospecha de buscadores voluntarios que habían mencionado la posibilidad de un crematorio clandestino en la zona. Esta búsqueda se realizó después de que Ceci Flores, líder de un equipo dedicado a la búsqueda de personas desaparecidas en México, informara en redes sociales el martes por la noche que habían descubierto huesos, fosas clandestinas y documentos de identificación cerca de una fosa carbonizada en el lugar.
La inquietud y el compromiso de encontrar la verdad impulsaron este esfuerzo colectivo en pos de esclarecer oscuros misterios en la región mexicana.
