La tensión en Jerusalén Este se intensificó recientemente cuando la principal agencia de ayuda de las Naciones Unidas para los palestinos, UNWRA, se vio obligada a cerrar su sede en la zona debido a actos de violencia cometidos por residentes israelíes locales. Según un comunicado en redes sociales del director de UNWRA, Philippe Lazzarini, el cierre del complejo se decidió en respuesta a un segundo incidente de seguridad en menos de una semana.
Lazzarini calificó el suceso de «escandaloso», destacando el grave riesgo que enfrentó el personal de la ONU en Jerusalén. Hizo un llamamiento a la responsabilidad del Estado de Israel, en su calidad de potencia ocupante, para garantizar la protección del personal y las instalaciones de las Naciones Unidas en la región. Este incidente pone de manifiesto la delicada situación en Jerusalén, donde las tensiones entre israelíes y palestinos han alcanzado un punto crítico.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la seguridad de los trabajadores humanitarios en la zona, subrayando la necesidad de respetar el derecho internacional y proteger a quienes brindan ayuda a los más vulnerables.
El cierre de la sede de UNWRA en Jerusalén Este refleja la urgente necesidad de abordar las tensiones en la región y garantizar un entorno seguro para la prestación de asistencia humanitaria. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la situación, instando a todas las partes a actuar con moderación y respeto a los principios fundamentales de ayuda humanitaria.
